Quiero estar siempre contigo, estar en las madrugadas sintiendo la brisa del frío que pasa por mi cuerpo, te quiero para toda una eternidad pero no se puede. Dios me ha dicho que algún día te irás con él y yo me quedaré pagando el pecado que he cometido en amarte. Pero no me importa, las madrugadas serán iguales como si estuvieras aquí, el frío ya ni lo sentiré, sentiré nada más el dolor de saber que te he perdido y es lo único que me mantendrá caliente algún día te veré.